

En esas horas de cansancio mientras estudiaba, di un largo paseo por la facultad y luego sali por los alrededores para estirar las pieras (si, un largo paseo).
Las innumerables excusas que se ponen para alargar mas el tiempo y volver a la biblioteca hicieron que agrandara mas la ruta y al cruzar la esquina...allí estaba.
Una criatura perdida, triste, sin parte de su cuerpo, solo quedaba la cabeza y los recuerdos que en ella estaban guardados...
Todas las noches lloraba y vociferaba debido a su amargo destino, en el fondo se sentía feliz porque podría haber acabado peor: en algún contenedor, triturado en algun vertedero...Pero Bobby no habia sentido nunca la esencia de un hogar, la calidez del regazo.
Su espíritu quedaba en aquel lugar, sombrío, lúgubre. Se erizan los vellos de escribir tal historia. No miren debajo de la cama, pues la ciudad y las casas por la noche, para Bobby, es su paraíso.
2 comentarios:
Pobre Bobby, hay gente cruel en este mundo que no se da cuenta de que los peluches también tiene alma, de que todo en este mundo tiene un alma porque está vinculado con los humanos.
Esperemos que encuentre de nuevo un hogar y, aunque incompleto de cuerpo, vuelva a estar completo de espíritu
la verdad esque si...
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