viernes, 29 de agosto de 2008

La materia no se destruye...se transforma.

Que poca cuenta le hemos hecho a esta frase tan pronunciada en las clases de ciencias.
Ahora yo creo firmemente en ella porque no sólo la materia se transforma, también el tiempo, los momentos, las emociones. Todo cambia.
Hablo de todo esto porque yo, aquí presente padezco en estos momentos de una enfermedad, un síndrome: el síndrome postvacacional.
Como toda universitaria cuando termina los examenes de junio y ve los resultados...planeaba un verano repleto de papeles por el suelo de mi habitación pero mis planes se truncaron por los efectos adversos del ocio; al final acabó siendo un verano estupendo, marcado por momentos especiales y otros no tan especiales, pero en definitiva, fantástico.
La vida puede llegar en algunos momentos a ser tan satisfactoria, tan increíble como una fiesta, por eso hay que aprovechar cada momento y que luego no haya arrepentimientos pues ahora me encuentro en una mesa de biblioteca repleta de papeles, un café mal hecho y en mis ratos de descanso viendo Planeta Prohibido

Consejo del Doctor Frank N´Furter: Don´t dream it, be it.

1 comentario:

Isa-chan dijo...

Carpe diem, pero con responsabilidad :D