martes, 13 de octubre de 2009

Bueno, ¿qué se puede decir sobre la pena capital? Yo no estoy en contra de ella. Es pura venganza, y ¿qué tiene de malo la venganza? La venganza es muy importante. Si yo fuera pariente de los Clutter, o cualquiera de las personas que se cargaron a York y Latham, no descansaría en paz hasta que los responsables hubieran subido al Gran Columpio. Y esos tipos que escriben cartas a los periódicos. Había dos en un periódico de Topeka el otro día...Una de un pastor. Preguntándose qué diablos de farsa legal era ésta; por qué no se les había puesto todavía la soga al cuello a esos hijos de perra de Hickock y Smith, que seguían comiendo a costa del dinero de los contribuyentes.
Bien, pues entiendo su punto de vista. Están furiosos porque no consiguen lo que quieren: venganza. Y no van a conseguirla si yo puedo evitarlo. Creo en la horca. Siempre que no sea a mí a quien cuelguen.

Dick Hickock. Truman Capote, A sangre Fría.


El 15 de noviembre de 1959, en un pueblecito de Kansas, los cuatro miembros de la familia Clutter fueron salvajemente asesinados en su casa. Los crímenes eran aparentemente inmotivados, y no se encontraron claves que permitieran identificar a los asesinos. Cinco años, cuatro meses y veintinueve días más tarde, el 14 de abril de 1965, Dick Hickock y Perry Smith fueron ahorcados como culpables de las muertes en la penitenciaría del estado de Kansas.

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